El
profesor y escritor Marcial Franco Vega presentó este jueves su
segunda novela, “Habana, malecón y vida”, ante los vecinos de su
pueblo natal, El Tablero, en el marco de la celebración de la XV
Feria de la Zafra. El
autor dedicó su presentación a la memoria de Laudencio Martín, que
fue director del colegio Pepe Monagas y concejal de este Ayuntamiento
hasta su fallecimiento en el accidente aéreo de Madrid del 2008.
Marcial
Franco estuvo acompañado por el alcalde Marco Aurelio Pérez
Sánchez, quien le agradeció que dedicara su tiempo “a escribir
para que el resto podamos entretenernos con su lectura”, y por la
primera teniente de alcalde y concejala de Cultura, Elena Álamo
Vega, quien se centró en ofrecer su particular visión sobre la
novela.
“No
hay doble intención en el autor. ‘Habana, malecón y vida’ es
una novela humana, objetiva, directa y con un estilo desbordante que
atrapa al lector desde el primer momento, en la que Marcial escribe
siguiendo sus impulsos de amor por Cuba, un país y una población
que se le metió en la piel como una inspiración y un calco
fotográfico de la Canarias de hace 50 ó 60 años. Si los nombres
que aparecen en la novela se cambiaran por localizaciones de este
municipio y de esta isla, la historia que se cuenta podría
desarrollarse aquí”, dijo la concejala.
En
su intervención, Marcial Franco aludió en un primer momento a la
historia migrante de la población de El Tablero, a su conformación
agrícola con gente venida de otros municipios grancanarios y de las
islas de Lanzarote y Fuerteventura. “Eran tiempos en los que la
importancia de los pueblos se medía por la calidad de sus equipos de
fútbol”, dijo.
Habló
de los monocultivos que forjaron la realidad social y económica de
esta tierra (caña, cochinilla, plátanos, tomateros y turismo), y de
las grandes similitudes de Cuba y Canarias como “pueblos de
acogida”.
En
ese sentido se remontó en la historia y aludió entre otros asuntos,
a las migraciones de los guanches canarios que no considerados
personas por los conquistadores de estas tierras emigraron a Cuba
para participar en la evangelización de los indígenas siboney
cubanos; al posterior “tributo de sangre” que también se
estableció como sistema migratorio importante, o al proceso
descolonizador de la perla del Caribe en 1898 (“hace sólo 110
años”) en el que muchos canarios lucharon a favor de los patriotas
cubanos.
Dictadura
por dictadura
Marcial
Franco habló del régimen de Castro como “una dictadura
que sirvió para quitar otra dictadura, la de Batista, que había
convertido a Cuba en el principal enclave para ocultar y blanquear el
dinero de la mafia de Estados Unidos”, hasta el punto que fue de
los primeros países donde llegó el uso generalizado del
ferrocarril, la televisión o el teléfono.
Destacó la pericia de Fidel Castro para exportar conocimiento
técnico y abrir el país al turismo tras la caída del Muro de
Berlín y la caída de los regímenes comunistas, hecho que privó al
régimen cubano de los 19 millones de dólares que recibía
diariamente como contrapartida. Los enormes lazos de parentesco de Cuba con Canarias,
hasta el punto que el padre de la revolución cubana, José Martí,
era hijo de la tinerfeña nacida en La Laguna, Eleonor Pérez. Es
tanto el parecido, dijo, “que no hay ningún rincón o espacio en
Cuba que no haya sido ocupado antes por canarios”. El
escritor cree en la necesidad de encuentro y de hermanamiento de
ambos pueblos, el canario y el cubano, “sobre todo en estos tiempos
de crisis, donde muchos de nuestros hijos se verán en la necesidad
de emigrar a Cuba, Venezuela, Brasil o Uruguay” como antaño.
Datos
biográficos
Marcial
Franco Vega, nació en El Tablero en 1953. En su pueblo fue director
y profesor de Inglés, Lengua y Literatura en el Colegio Pepe
Monagas.
Como
maestro ejerció hasta el año 91 en distintos colegios de Las
Palmas, Vecindario, Juan Grande y El Tablero, y fue uno de los
profesores canarios que trabajó en Ordenación Educativa adaptando
los contenidos curriculares de la literatura e historia de Canarias.
Marcial
fue representante electo de este municipio, donde ejerció
como alcalde y también como concejal de Urbanismo, Turismo y
Hacienda, hasta que decidió dimitir en el año 2000 por cuestiones
estrictamente familiares.
Entre
otras actividades, Marcial ha ejercido como director del Colegio
Mayor universitario Pérez Galdós en Madrid, y es autor literario
del libro de greguerías Pizcos y de la novela costumbrista Las
Casas. La obra que ahora presentamos aquí, Habana, Malecón y vida,
es su segunda novela.
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