El
matrimonio formado por José Miguel Ortega y Francisca Olga Pérez
defiende desde hace 16 años la empresa familiar que lleva recibiendo
premios de forma casi ininterrumpida desde el año 2009. Temen la
definitiva desaparición de la ganadería caprina en Canarias “si no se
suben los precios y si se retira la única ayuda que existe al litro de
leche”
Los
quesos artesanales puros de cabra curados y semicurados de la quesería
La Gloria, alejada del ruido en los altos rurales de la zona turística
de San Agustín, llevan casi una década recibiendo premios de todo tipo
en Gran Canaria y también a nivel internacional.
A
mediados del pasado mes de noviembre, en Londres, en el concurso
mundial más importante del sector quesero, la World Cheese Awards, el
queso curado de La Gloria recibió la medalla súper oro, el máximo
galardón del certamen.
El
mismo queso también ha sido premiado este año con la medalla de oro en
la reciente Exposición Internacional de la Cabra, el Queso y la Cajeta,
considerado el principal concurso quesero de México; recibió el primer
premio en el 24º Concurso Oficial de Quesos de Gran Canaria, y quedó
segundo en la XV Cata Insular de Quesos de Gran Canaria.
La
obtención de esos premios, sin embargo, apenas tiene repercusión y sólo
sirven para alentar y prestigiar el esfuerzo y duro trabajo personal
que realiza a diario el matrimonio responsable de la quesería.
José
Miguel Ortega Suárez y Francisca Olga Pérez Navarro asumieron hace 16
años el compromiso de defenderla y sacarla adelante. Él incluso medio
dolorido, operado de prótesis de caderas en ambas piernas.
La
quesería La Gloria, enclavada en las tierras pedregosas y ahora resecas
de Amurga, a dónde sólo puede llegarse por una polvorienta carretera de
tierra, la fundaron hace más de medio siglo los padres de José Miguel,
Jacinto Ortega Suárez, pastor natural de Ariñez, y Elena Suárez Guedes.
La calidad del queso
En
estos momentos La Gloria cuenta con un ganado formado por casi 2.100
cabras, de las que cerca de 1.500 ya son grandes y productoras de leche.
Son las que permiten que José Miguel y Francisca Olga, los únicos que
ejercen de queseros, hagan a diario una media de entre 260 y 280 kilos
de queso.
Sólo
fabrican quesos curados y semicurados porque los tiernos -dicen-
precisan de un procedimiento de pausterización que no les gusta, y
además no están por la labor de añadir ningún componente químico a unos
quesos artesanales que ahora hacen 100% naturales.
“El
truco para mantener la calidad y el sabor de los quesos está sobre todo
en la calidad de la leche y en no variar sus proteínas en el corte de
la cuajada, pero también en el cuidado y volteos que se le dé a los
quesos dentro de la cámara de conservación”, afirma el matrimonio.
A
eso se añade que el ganado pasta libre en las laderas, aunque en su
alimentación también se invierten 6 contenedores de 12.000 kilos al mes,
con precios fluctuantes, y también que la quesería está perdida y sola
en un lugar donde no llega el wiffi, pero donde la temperatura se
mantiene casi constante y suavizada por la cercanía del mar.
Felicitación del Ayuntamiento
José
Miguel y Francisca Olga agradecieron este viernes la visita de cortesía
que le hicieron la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de San
Bartolomé de Tirajana, Elena Álamo Vega, y el concejal de Agricultura y
Ganadería, José Carlos Álamo, para felicitarles personalmente por los
premios que sus quesos han recibido este año, entre ellos incluso el de
mejor queso semicurado de cabra en la XVI Cata Insular de Quesos Villa
de Agüimes 2017.
Los
responsables queseros de La Gloria, que cuentan con la ayuda de cuatro
trabajadores al tanto de la alimentación, limpieza y ordeño del ganado,
confesaron a los representantes municipales su temor por el futuro de la
empresa si finalmente desaparece la única subvención de 14 céntimos de
euro que reciben por litro de leche, y si esa medida que se baraja para
el año entrante no lleva aparejada una subida equitativa en los precios
de su producto, “que permanecen igual desde hace 15 años”, dicen.