Los
trabajadores y empresas hoteleras que sustentan el desarrollo diario
del sector turístico de la Isla en el marco geográfico de Maspalomas
celebraron este sábado la festividad de su patrona Santa Marta, en la
Parroquia de San Fernando.
Las
asociaciones y trabajadores de la hostelería ofrendaron a su patrona
numerosas cestas y cajas con todo tipo de productos de higiene personal y
de alimentos no perecederos, para colaborar con la labor humanitaria
que la filial de Cáritas Diocesana desarrolla en el municipio de San
Bartolomé de Tirajana.
La
celebración, a la que asistieron la alcaldesa accidental Elena Álamo
Vega y también los ediles de Turismo, Servicios Sociales y Economía,
Ramón Suárez, Yurena Tejera y Airan Martel, respectivamente, contó este
año con la participación de un mayor número de empresarios y también con
nuevos colectivos profesionales, como la Asociación Española de
Gobernantas de Hotel y Otras Entidades (ASEGO).
El
acto, muy sencillo y entrañable, consistió en una misa tradicional que
ofició el párroco local Francisco González González, y en una merienda
posterior brindada a los asistentes por los colectivos de barmans,
camareros, gobernantas, limpiadoras, maîtres y cocineros, entre otros,
que cada año organizan esta celebración.
En
su homilía, el párroco aludió a la leyenda de Santa Marta como
apaciguadora de un dragón durante su periplo evangelizador en la región
francesa de La Provenza, y pergeñó como su carisma “sociable, activo,
inquieto y servicial” como un ejemplo a seguir en una sociedad como la
nuestra “donde también es necesario pararse para escuchar a los demás y
reflexionar”.
Francisco
González habló de la importancia que tienen todos los trabajadores de
la hostelería y también de las responsabilidades que incumben a los
empresarios y los políticos que tienen en sus manos las decisiones que
afectan a la industria turística. “Todavía hay muchas familias
necesitadas. Se precisan más puestos de trabajo y también una mayor
dignidad en los trabajos. Los empleos deben ser más confortables y con
menos explotación y menos acaparación”, dijo.
La
pequeña merienda que los barmans, cocineros y gobernantas ofrecieron a
los asistentes después de la celebración religiosa y de la ofrenda, que
este año sorprendió por el aumento considerablemente del número de
aportaciones colectivas e individuales, fue amenizada por una parranda
representativa de la Agrupación Folklórica La Cucaña.
Entre
los numerosos asistentes a esta celebración destacó la presencia de
algunas parejas de turistas, que se sumaron al festejo informados e
invitados por los propios trabajadores de la hostelería.