El
pregón festivo de Tunte 2012 fue leído este fin de semana en el
interior del templo parroquial por Efrén Martel Almeida, nacido en
Cercados de Araña a mediados de febrero de 1975 y médico
especialista en angiología y cirugía vascular en el Hospital
Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín.
Su
intervención quiso ser “un humilde tributo” a las gentes de la
Villa, donde el pregonero pasó gran parte de su infancia y juventud.
En ese sentido destacó como claves de la personalidad de las mujeres
y hombres de Tunte “la cordialidad, voluntad y familiaridad de sus
gentes”. Y rememoró su infancia “descalza” en Cercados de
Araña, un pueblo migrante que bajaba a la costa, al Sur, para hacer
la zafra del tomate.
El
médico aludió a la connotación mágica y la belleza del paisaje
natural de las medianías del municipio, y al impacto histórico,
cultural y turístico en la accidentada geografía de la caldera de
Las Tirajanas. Buena parte del pregón se convirtió en una narración
histórica sobre la conquista de la zona y sobre la edificación y
desaparición de la “Ermita de Santiago el del Pinar”.
Al
respecto habló del decreto del Obispo Codina que a mediados del
siglo XIX provocó el traslado de la imagen de Santiago el Chico a la
Parroquia de Tunte para evitar el vandalismo y los problemas de
urbanidad que desarrollaban algunos paganos en las calurosas romerías
de julio, y de la edificación de la Casa Forestal de Cruz Grande
con los sillares y piedras de cantería provenientes del derribo
estructural de aquella ermita, cuya pila bautismal incluso “se
utilizó hasta hace bien poco como bebedero avícola”, dijo.
Habló
de La Caldera de Las Tirajanas, como “un abismo que invita al
sosiego y la calma” en sus 40 km² de superficie y sus barrancos de
hasta 1.300 m. de profundidad, y a la presencia del risco blanco y
sagrado de Umidaya, cuyo “templo aborigen fue destruido por los
soldados del obispo Juan de Frías y del capitán Pedro Hernández
Cabrón antes de la derrota de San Bartolomé del 24 de Agosto de
1479”. Y aludió también al “Lomo de Vera”, devenido del
nombre del conquistador Pedro de Vera, donde éste asentaba sus
tropas cuando pernoctaba en La Caldera.
Vida
social
Habló
sobre las vicisitudes históricas de la Iglesia de Tunte desde su
construcción originaria en abril de 1483 y sus sucesivas
reparaciones, hasta que fue techada en octubre de 1692, y aludió
asimismo al cementerio de Tunte, que en 1847 “se saturó por la
multitud de cadáveres fruto de la epidemia del hambre que asoló la
Isla aquel año. La ajetreada vida social que se experimentaba en Tunte como
capital del municipio, sobre todos los domingos, a donde llegaban los
vecinos de otros pagos para resolver trámites administrativos y
jurídicos, y también para hacer gofio con sus cosechas de trigo y
millo.
El
pregonero recordó las partidas colectivas de almendras en las aceras
patios y zaguanes de Tunte, y habló de la coyuntura migratoria “de
las medianías a la región de costa, perdiendo de vista la
armonía, tranquilidad y sosiego de Las Tirajanas”, iniciada en la
década de los sesenta para atender el desarrollo turístico.
Efrén
Martel aludió a la importancia del ámbito familiar en Tunte, “y
al estado matriarcal que se ha mantenido inalterable con el paso de
los años”, dijo. “Las madres, abuelas, tías, retías, abuelas
políticas, primas primeras, segundas y terceras desempeñaron y
desempeñan una labor de sustentación y proyección de la familia”,
añadió.
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