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viernes, 25 de agosto de 2017

San Bartolomé sufre un accidente y se queda sin procesión en Tunte

 
Los vecinos de Tunte no pudieron celebrar este jueves la tradicional procesión de San Bartolomé debido a la caída de la imagen del santo a las puertas de la iglesia, en un accidente inesperado y fortuito que terminó ocasionando heridas de escasa consideración a un vecino de El Sequero y también al párroco local, Armando Ladeiro Martín.

Todo sucedió muy deprisa, justo en el vestíbulo principal del templo, al término de la eucaristía que oficiaron durante una hora y veinte minutos, en medio de un envolvente aroma a incienso y con 38 grados centígrados a la sombra, cuatro sacerdotes presididos por Luis María Guerra Suárez, profesor del Centro Teológico de Las Palmas.

El trono de San Bartolomé, enramado para la ocasión con abundantes anthuriums de color beige, estaba siendo sacado a la calle por los vecinos que suelen custodiarlo cuando, en el escalón principal, a un solo paso de ver la candente luz solar de la calle, la imagen del santo se desprendió y dió un brinco hacia atrás aterrizando en el suelo. En la caída se le partieron el cuchillo y dos dedos.

Detrás del venerado icono de madera, de la Escuela de Luján Pérez, iban Pepe, vecino de El Sequero, que sufrió una contusión leve a la altura del fémur de la pierna derecha, y el cura local, Armando Ladeiro, que tropezó y cayó al suelo golpeándose en la parte frontal de la cabeza con el filo del rodapié.

 Fueron momentos de gran confusión. El golpe sufrido por el párroco y la abundante sangre que mancillaba el blanco de su vestimenta generó cierta desazón entre los asistentes. Los dos heridos fueron auxiliados de forma inmediata y en un primer momento dentro de la iglesia. Les socorrió el concejal municipal de Sanidad y también consejero del Cabildo Francisco Pérez López, de profesión médico, que fue asistido por voluntarios de Protección Civil y de Cruz Roja. Los heridos fueron trasladados después al Centro de Salud.







  
 Por seguridad

La suspensión de la procesión tras el inesperado incidente la adoptaron sobre la marcha y de común acuerdo las autoridades municipales presididas por el alcalde, Marco Aurelio Pérez, de acuerdo con sacerdotes y representantes de la comisión de fiestas. “Aunque todo ha sido fortuito y se ha quedado en un gran susto, hemos decidido suspender la procesión por la ausencia del párroco y por una cuestión de seguridad y de prevención para las personas, porque eso es lo primordial, y habrá que comprobar también la seguridad de la imagen”, informó el propio alcalde a los vecinos.

Con el icono del santo colocado y sujeto nuevamente en su trono, el culto popular de los vecinos y de las autoridades asistentes se ofició solemne a la sombra del pórtico de la Iglesia, donde la banda La Isleña, venida desde Moya, le brindó La Macarena, un himno de marcha procesional de Abel Moreno.





 Entre los asistentes a esta cita principal por la festividad del santo patrón del municipio de San Bartolomé de Tirajana destacaron este año el vicepresidente del Gobierno de Canarias, Pablo Rodríguez Valido; los alcaldes de Tejeda y San Mateo, Francisco Perera Hernández y Antonio Ortega; el expresidente insular y consejero de UxGC José Miguel Bravo de Laguna; el consejero portavoz del PP en el Cabildo, Felipe Afonso El Jaber, y concejales de Santa Lucía, Valsequillo y Arúcas, entre otros.

A las 14,15 horas, aproximadamente, tras ser atendido de urgencia en el Centro de Salud, donde no tuvieron que aplicarle puntos de sutura, el cura Armando Ladeiro volvió a entorno de la fiesta para rencontrarse con el alcalde Marco Aurelio Pérez y el resto de las autoridades políticas y eclesiásticas, y también con los feligreses, y quitarles a todos el susto comentándoles con la cabeza vendada que se encontraba “bien, casi en perfecto estado”.

Poco después empezó el reparto de las casi 500 raciones de sancocho canario a base de cherne, con papas, mojo, ensalada y batata, y las famosa verbena al solajero de ‘las lluvias de agosto’, que la comisión de fiestas de San Bartolomé brindó a los asistentes. Entre estos, y ya desde hace casi una década ininterrumpida, una guagua de 40 vecinos procedentes de La Isleta, que cada año se suman con devoción a disfrutar de la fiesta.