El
alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez Sánchez, y el
párroco de de la Villa de Tunte, Juan Santiago Quintana, y diversos técnicos municipales,
han sido los encargados de presentar en la parroquia, los detalles de
los trabajos de digitalización que se llevan a cabo en torno a la
documentación que existe en este Templo, desde que se erigiera en las
postrimería del año 1600.
En
el acto, al tiempo que se exhibía el primer libro registrado, que data
de 1597, se hizo un recorrido pormenorizado sobre el trabajo que se ha
realizado hasta la actualidad, desde que en septiembre de 2014 se
firmara un convenio entre el Ayuntamiento y el Obispado, y en cuya
trayectoria ha habido algunos altibajos debido a la ingente cantidad de
material y la necesidad de conseguir los aparatos apropiados que habían
de venir desde la Península. Según se explicó, el Ayuntamiento ha sido
el impulsor del plan de trabajo, dada la cantidad y el valor del
material custodiado.
Lo primero en
digitalizarse fueron los libros sacramentales, digitalizando los diez
primeros libros de bautizos, seguidos de los diez primeros libros de
defunciones, para acabar con los diez primeros de matrimonio. A estos
diez primeros volúmenes le seguirán el resto de los libros
sacramentales; confirmaciones, cofradías, libros de fábrica, cartas y
memorias de testamentos, entre otros documentos. Hasta la fecha se han
digitalizado unas 70.000 imágenes. Los formatos de digitalización son
los estándares y más versátiles y adaptados a cualquier aparato
reproductor, principalmente Jpg y Raw. Se trata de un proyecto de
envergadura cuyo objetivo es la máxima conservación de la documentación.
La
documentación que se maneja tiene un alto valor para la historia
eclesiástica y, de forma especial, para la historia de los tirajaneros,
“porque en ella se conservan datos muy relevantes del devenir de los
habitantes de la Caldera de Tirajana”. Gracias a estos documentos se ha
podido conocer la importancia de la colonia de negros y esclavos que se
asentaron en esta zona, los cargos militares que fueron destinados a la
comarca; el primer alcalde, los datos económicos, los cultivos, los
oficios, la toponimia y otras fuentes imprescindibles para conocer la
historia de este municipio.
El
párroco Juan Santiago Quintana, siempre muy preocupado por la
conservación de histórica, se mostró muy agradecido con el Ayuntamiento
de San Bartolomé de Tirajana por el interés y la colaboración que ha
prestado a la parroquia y a la Diócesis para extender el valioso legado
que atesoran estos archivos, “dado que la iglesia no tenía dinero para
adquirir los aparatos para la digitalización y hemos encontrado en el
alcalde una persona preocupada por la cultura”, afirmó. Al tiempo que el
primer edil se mostró convencido de que esta tarea servirá para extener
y mantener el conocimiento a las generaciones futuras.
