A esta
falsa alerta se añade una larga lista que incluye frutas infectadas de VIH,
llamadas que cargan en tu cuenta 1500 euros, personas que te rocían con colonia
para robar en tu casa, vales regalo de marcas comerciales, atentados inminentes
en un centro comercial, golosinas con droga facilitadas a niños o llaveros con
chip localizador son algunos de los más difundidos.
¿Cómo reconocer uno de estos bulos?
La mayoría
de estos falsos rumores son anónimos, no están firmados, aunque hacen
referencia a fuentes fiables. Además suelen están redactados de la manera
más atemporal posible y carecen de fecha de publicación para que pervivan lo
máximo posible circulando en la Red. Otro rasgo que los define en que cuentan con
un gancho -generador de miedo, morboso o de tipo económico- para captar la
atención del internauta. También tratan de aprovechar una coyuntura favorable y
relacionada con la información falsa, como la comisión de atentados terroristas
en otros países.
Los bulos,
por lo general, están escritos en castellano neutro (si emplean este
idioma) para facilitar la difusión a nivel internacional en aquellos países de
habla hispana. Además, habitualmente contienen faltas de ortografía o una
redacción deficiente. También como característica común encontramos que
normalmente incluyen una petición de reenvío, ya sea para alertar a otras
personas, para evitar mala suerte o la muerte, concienciar a otros o con
cualquier otro motivo. El objetivo de esta petición de reenvío reside en captar
direcciones de correo, crear bases de datos, transmitir malware, realizar
posteriores campañas de correo masivo o simplemente difundir la
información falsa el máximo posible para generar el miedo en la población.
Los grupos de mensajería instantánea, grandes altavoces de bulos
Por
último, los grupos de Whatsapp están desbancando a las propias redes sociales
como potentes altavoces de bulos irracionales, algunos citando falsamente una
fuente oficial; otros que son nuevas versiones de bulos antiguos. Desde el
Grupo de Redes Sociales de la Policía Nacional se recuerda la importancia de no
creer ni difundir mensajes que no procedan directamente de fuentes oficiales y
pedir al resto que no se le dé credibilidad alguna.
Riesgos
totalmente infundados, supuestos malhechores que parecen de película, prácticas
o crímenes muy propios de la ficción... son difundidos a todos sus contactos,
en especial por los grupos de adultos, en ocasiones sin verificación alguna.
Los
nuevos gadgets, como smartphones o tablets, se han convertido en potentes herramientas para difundir
estos bulos. Los especialistas de la Unidad de Investigación Tecnológica (UIT)
y del Grupo de Redes Sociales de la Policía Nacional han registrado miles de
denuncias, consultas y peticiones de ayuda de los internautas a través de los
canales telemáticos de la Policía, como @policia
https://www.facebook.com/PoliciaNacional
o www.policia.es/colabora.php.